sábado, 4 de febrero de 2017

Seguiremos aquí



Suena un pitido. Coge su móvil y abre su conversación de WhatsApp con su amiga Lucía.
-¿Quedamos mañana? 😉
-¡Por supuesto! ¿Tenías pensado algo en concreto?
-Había pensado que podíamos salir por la noche de marcha, ¿avisas tú a Clara?
-¡Guay! 😪 Qué remedio… Aunque la contestación va a ser la misma de siempre.
-Ya, pero por intentarlo, ¿no?
-Está bien. Ahora cuando hable con ella te digo algo.  
Tamara sale de la conversación de su amiga Lucía y busca en sus contactos a su amiga Clara. Sigue bajando la lista de contactos hasta que, por fin, la encuentra. Está casi al final, normal, si no hablan casi y, total, para lo que hablan…
-Oye, mañana Lucía y yo vamos a salir por la noche, ¿te apuntas?
-Mmm… Lo siento, pero es que no puedo. He quedado con estos para salir y bueno… ¿Qué hacéis pasado mañana? 😁
                Y ese es el mismo cuento de siempre. Como ahora tiene otro nuevo grupo de amigos con los que juntarse pues sale con ellos y a sus amigas que las conoce desde que entro al instituto pues que las den viento fresco, ni proponerles de quedar ni hablar con ella por WhatsApp. Tamara resopla. Ya está harta de esa situación y de que ella y Lucía tengan que ir siempre detrás de ella si quieren saber algo de ella.
-Estamos ocupadas -escribe ella bordemente. No van a quedar con ella cuando ella propone un día porque ellas le han preguntado primero-. Bueno, pues nada cuando cambies de grupo, o te canses de ellos, o te dejen tirada vienes y nos avisas que nosotras vamos a seguir aquí esperándote como idiotas porque vamos… En fin, pásatelo bien.
-Yo no he cambiado de grupo.
-No, qué va… ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos las tres?
-Pues, pues…
-Ya te lo digo yo. El día de mi cumpleaños que fue como hace tres meses y siempre que te decimos de quedar ya has hecho planes con los otros. Vaya que solo haces planes con ellos y a nosotras ni un día nos reservas, vaya tela, ni que tuvieras la agenda del rey.
-Lo siento, yo no quería… No pretendo daros de lado.
-Ya, es que ni siquiera nos hablas, hija.
-Es que no hablo mucho con nadie.
-Ya. Bueno, cuando quieras volver nosotras seguiremos aquí. Pásatelo bien mientras.

                Tamara bloquea su móvil cabreada y lo lanza contra su cama. Se lo piensa mejor, lo coge y marca el número de Lucía para contarle cómo ha ido su conversación con Clara. La misma historia de siempre.