Límite de velocidad. Es acosa que le encanta saltarse a la
gente, así a la torera. Como cuando tú vas conduciendo tu coche a lo que marca
el límite de velocidad y viene el más chulo de la ciudad y se pone pegado a ti,
a menos de un metro de distancia o así, para que aceleres. ¡Pero pedazo de
imbécil, adelántame por la izquierda que voy por el carril del medio y no voy a
saltarme el límite porque tú lo digas!
Otro caso son las rotondas. A ver
si aprendemos a circular por ellas porque seguro que a vosotros también os
traen de cabeza cuando quieres salir de la rotonda y el tonto de turno no pone
el intermitente, con lo cual podrías haber saludo tú, pero nooo y dices “Hala,
gracias, guapetón” y te quedas esperando ahí un poco más, mientras el de detrás
te pita y tú en plan “Vamos a ver, ¿no ves que no hay manera de entrar en la
rotonda sin que te coman viva?” Y de verdad existen los que no saben circular
por las rotondas, estos solo eran los que no saben dónde está el intermitente
derecho, que tú vas circulando por tu carril derecho, como te habían enseñado
en la autoescuela, y va también el más chulo del barrio, que circula por el
carril central, y quiere salir de la rotonda y tú no le dejas salir porque
tienes prioridad y no quieres salir por esa salida y te pita ahí con todo el claxon
dándolo todo. En ese momento, te dan ganas de tirarle un libro de la
autoescuela a la cara. Y luego si te dan te echarán la culpa, para no variar.
¡Porque las personas que no saben conducir lo valen, oye!
¿Qué opináis vosotros #dulceiners?